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Artigo

Supervivencia Humana Y Del Planeta, por Gilberto Cely Galindo

SUPERVIVENCIA HUMANA Y DEL PLANETA

Gilberto Cely Galindo1

Resumen

En este corto ensayo, se aborda el tema de la supervivencia en el marco de la reflexión bioética, con el propósito de tomar conciencia de la urgente necesidad moral de proteger la vida humana y del planeta, ante las amenazas demenciales que realizamos sobre ambas, con nuestro estilo de vida que llamamos éthos vital indeseado, un modo equivocado de habitar nuestra casa terrenal. En la Sociedad del conocimiento sabemos ya suficiente de nuestras tendencias ecocidas y suicidas, pero no queremos cambiar nuestras malas costumbres de explotación irracional de los recursos naturales, consumismo, hedonismo y presentismo.

Palabras claves: Gaia, éthos vital, Bioética, dignidad, conocimiento, economía verde, valores morales.

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Gaia, éthos vital y dignidad humana

Definimos la tierra como Gaia porque se presenta como una entidad compleja que abarca la biosfera, la atmósfera, los océanos y el suelo. En su totalidad estos elementos constituyen un sistema cibernético o de realimentación que proporciona un medio físico y químico óptimo para la vida en este planeta”. (James Lovelock, 1979).Todo el planeta es un ser vivo. Es biosfera devenida en noosfera, una vez que la evolución biológica da de sí la evolución cultural con la aparición y desarrollo del espíritu humano. Por tanto, ¡los seres humanos somos parte de Gaia! Nada menos que somos su conciencia. Nos debemos a ella con una hipoteca de responsabilidad que nos obliga éticamente a cuidarla y administrarla dignamente.

Los conceptos de Éthos Vital y de Dignidad humana son el corazón mismo de la ética nueva, la Bioética, que se ocupa prioritariamente de cuidar y preservar el fenómeno de la vida y del planeta. Es fácil y sencillo enunciar el título del presente ensayo, pero es difícil y complejo entrar al fondo de la comprensión de sus significados puesto que están íntimamente ligados a la sociedad contemporánea que desborda las costumbres de lo local en procesos de globalización, convirtiéndose lo local en el lugar de vivencias de patrones culturales exógenos, con fuerza vinculante de las subculturas a lo global, llevando a pérdida la memoria histórica y la identidad de las minorías culturales. De su éthos.

Tanto en el escenario local, como en el global, se enrarece el éthos vital, pues quedan sub iudice los valores morales tradicionales, especialmente los de las culturas étnicas, y se convierte el cambio acelerado y sin brújula en lo único permanente, en pos de imaginarios colectivos de desarrollo económico que vociferan por novedosas condiciones de “calidad de vida”, poniendo en graves riesgos la vida toda del planeta y su sentido trascendente, su razón de ser, su finalidad.

¿Cambio de qué y hacia dónde? ¿Cuáles serían los valores morales mínimos esperados que pudiesen servir de espina dorsal al éthos vital deseable en continuo cambio? ¿Cuáles son los parámetros éticos y religiosos en términos de: justicia, equidad, solidaridad, tolerancia, respeto a los Derechos humanos, convivencia interreligiosa para lograr un equilibrio social y ecosistémico? ¿Y qué sucede con el concepto antropológico de dignidad humana, de raigambre ontológica, esencialista y estática, mientras los seres humanos cabalgamos en un éthos vital bio-psico-socio-político dinámico y cambiante?

Dado este fenómeno de los tiempos actuales, el concepto y la vivencia de la dignidad humana se convierten en un desideratum enrarecido por los cambios permanentes de la cultura globalizada jalonada por las leyes del mercado y las tecnociencias,2 lo que hace conflicto entre las preferencias subjetivas a cerca de “vida buena” de cada individuo, con su propio empoderamiento de aquello que considera “autonomía” y la borrosa objetividad de lo normativo, ética, legal y religiosamente. ¿El concepto antropocéntrico de dignidad debe evolucionar hacia uno ecocéntrico, que hermane al ser humano con la naturaleza?

Si bien la ética proviene semánticamente de Éthos, y este vocablo griego significa simultáneamente medio ambiente y comportamiento humano, el éthos vital indeseado contemporáneo hace un reclamo urgente de agudizar los métodos de observación, análisis y comprensión éticos imbricados con todo tipo de vida y sus relaciones con el hábitat, para cuidar de la totalidad de la biosfera como prioridad moral ante los innumerables riesgos que la asedian. De allí el prefijo “bios” de la Bio-ética, que advierte acerca del imperativo moral de buscar para la vida humana el éthos más adecuado que le asegure sustentabilidad. Al mismo tiempo, la valiosa riqueza de las ciencias de la vida se convierte hoy en día en instancia obligada de conocimiento para construir una nueva ética que resignifique la dignidad humana en perspectiva y solidaridad ecológica.

El éthos vital y la dignidad humana son el corazón de la ética de la vida

Podríamos decir, sin que se nos califique de apocalípticos y psicoterroristas, que el éthos vitalcontemporáneoes indeseado porque no es viable, es decir, no es sustentable, ya que está amenazado de muerte por nuestra acción humana sobre-explotadora, destructora, consumista y presentista. Esto último significa que, de manera egoísta, solamente pensamos en la felicidad inmediata, presente, en satisfacer los deseos hedonistas de los actuales habitantes que gozan de máximos privilegios económico-sociales, dejando sin suerte alguna a las mayorías pobres del planeta y a las generaciones venideras.

Es necesario y urgente caer en la cuenta de la nefasta e irreversible actividad predadora que desde nuestros ancestros hemos venido ejerciendo sobre la “huella ecológica”3 y que si continuamos así cavaremos la sepultura de los seres humanos actuales, dejando también sin esperanza a las gentes del próximo futuro.

En este ensayo, para hablar de sustentabilidad, asumimos el concepto de desarrollo sustentable de Ecodebate:

Compreendemos desenvolvimento sustentável como sendo socialmente justo, economicamente inclusivo e ambientalmente responsável. Se não for assim não é sustentável. Aliás, também não é desenvolvimento. É apenas um processo exploratório, irresponsável e ganancioso, que atende a uma minoria poderosa, rica e politicamente influente.”4

Detrás del concepto de “desarrollo sustentable” puede todavía esconderse el equívoco concepto desarrollista de “desarrollo sostenido” que combatimos con la Bioética, de que podemos seguir creciendo sin límites en un planeta limitado y finito. Este concepto falaz y nefasto proviene de la economía dominante que ignora dos realidades insoslayables: la prioritaria protección de la vida humana en su contexto ecológico y la justicia entendida ahora como solidaridad social para una convivencia mundial humanizada y pacífica.5

Todo discurso acerca de sustentabilidad ecológica está necesariamente ligado a una racionalidad económica que vaya en la misma dirección, haciendo sinergias a favor de una sociedad incluyente y solidaria. El presente artículo se inscribe en este orden de ideas. Así, y sólo así, abordaremos el complejo tema de la supervivencia humana y del planeta.

Por lo tanto, el desarrollo sustentable sólo será una realidad si “desaceleramos” el ritmo de crecimiento del PIB, especialmente de los países ricos que ya tienen todo en exceso, para apostarle mundialmente a una Economía Verde o Ecológica, lo que trae consigo también “desacelerar” el consumismo para llevar una vida humana de suficiencia frugal socialmente compartida.6 Porque es posible vivir mejor con menos. Y otro mundo es posible si todos los seres humanos nos lo proponemos.

Pero, desacelerar el crecimiento como opción económica fundamental es una terrible blasfemia contra la ortodoxia económica que mide la prosperidad de un país con los indicadores del PIB. Es una locura. Sería igual a introducirle un palo en las ruedas de la carreta de la teoría y praxis del neoliberalismo capitalista, que no gusta de normatividades que lo frenen y lo orienten, porque su credo sigue siendo el libre mercado de la oferta y la demanda para producir riqueza.

Para infortunio de la comunidad euro, que lamenta estar viviendo ahora a crédito su opulencia sin tener con qué pagarla, se calcula que el PIB no crecerá este año siquiera el 1%. ¿Estará el capitalismo en estado terminal, como muchos analistas lo profetizan?7 ¿Será la Economía Verde ese palo que atasque su andadura hasta la parálisis total? ¿O será la Economía Verde su tabla de salvación?

El reciente concepto de Economía Verde8 que se cocina en la ONU para resolver la crisis ambiental está en plena controversia, como lo seguiremos viendo más adelante. Desde ya, caben, entre muchas, las siguientes preguntas cargadas de polémica: ¿Cuál es la definición exacta de Economía Verde, para saber de qué estamos hablando? ¿Quién controlará la Economía Verde? ¿Serán las mismas cinco multinacionales que lo están haciendo hoy, dueñas mundiales del 80% de las semillas alimentarias, de los agroquímicos y de los transgénicos? ¿Dejaremos en manos de los pocos grupos actuales de comerciantes la seguridad y soberanía alimentaria de la humanidad, mientras la FAO enmudece de estupor? ¿Seguirán talándose anualmente 13 millones de hectáreas de bosques, como sucede hoy, lo que masivamente destruye biodiversidad, fuentes acuíferas y le resta pulmón al planeta? ¿Habrá control alguno a las empresas pesqueras que ya han arrasado con el 85% de la fauna marina? ¿Qué hacer con la extracción minera que destruye ecosistemas? ¿Cómo lograr que las industrias altamente contaminadoras de suelos, subsuelos, aguas y la atmósfera cambien su sistema de producción? En otras palabras, ¿el capitalismo se disfrazará de verde en Río+20 para sobrevivir prometiendo solamente buenas intenciones, como lo ha hecho desde 1992 en la Cumbre de la Tierra de Río de Janeiro? Río+20 será el tubo de ensayo que pondrá a prueba la capacidad de supervivencia del modelo económico capitalista.

Ya sabemos que la economía mundial actual no es ecológica ni solidaria socialmente, porque persiste en el desarrollo económico que confunde bienestar (y felicidad) con aumento en ingresos y consumo de bienes materiales, lo que debe reflejarse como incremento anual del PIB, en señal de producción de riqueza.9 Para acelerar el PIB, las naciones han seguido, hasta ocasionar la actual crisis, la recomendación del economista John Maynard Keynes de aumentar el gasto público y facilitar el consumo. ¡Error! El PIB, siendo uno de los instrumentos que existen para medir el desarrollo, se ha convertido en el objetivo. Es decir, convertimos el medio en fin. Un medio, instrumento, que lleva consigo la avaricia, el lucro máximo, la especulación financiera, el egoísmo, la explotación inmisericorde de los recursos naturales que ha destruido ya el 30% de la biodiversidad global, el disfrute desmedido de los bienes de la tierra, el aumento de las deudas pública y privada que conducen al conflicto contemporáneo de los países del Norte, y la falsedad de los sistemas contables que mienten en el momento de rendir cuentas a propios y extraños. Todo lo anterior deja sin futuro posible a los hijos de nuestros hijos.

Cuando en economía confundimos los medios con los fines, caemos en antivalores éticos macro-deshumanizantes que amenazan de muerte a la vida toda del planeta, dejando un irreparable déficit en la huella ecológica para nuestros descendientes. Esto significa que la tierra pierde su capacidad de resiliencia. Que entra en agotamiento. Que ya no puede alimentar más a sus habitantes. Porque nuestro modo de habitarla sobrepasa sus límites físicos y equivale al del pésimo inquilino que destruye irresponsablemente la vivienda que le brinda protección y abrigo. O a la locura del piloto que se le ocurre incinerar su nave en pleno vuelo.

Desafortunadamente, las gentes que gozan ya del exceso de bienes no renuncian a sus privilegios. No hay que esperar de ellas los cambios deseables, ni de la clase política dirigente, ni de la empresarial, pues son los mismos que rotan en una puerta giratoria. Así los pobres del mundo no tendrán esperanza alguna de mejorar sus condiciones de vida.

¿Está el sistema educativo reproduciendo estos antivalores éticos? ¿Continuamos las Universidades formando profesionales con la nefasta ideología del desarrollo sostenido y no sustentable? ¿Especialmente a los profesionales de las ciencias económicas, administrativas y contables que están al servicio de la producción de riqueza?10 ¿Riqueza para quién? ¿Quizás riqueza que empobrece y destruye a comunidades humanas y ecosistemas? Si esto es así, ¡bienvenida la protesta cívica mundial de los movimientos sociales de “indignados”!11 Y… ¿por qué ignoramos en las universidades católicas la enseñanza de las encíclicas sociales de la Iglesia?12 ¿Perderemos los educadores la oportunidad de concientizarnos, concientizar y movilizar a la población estudiantil para que Río+20 logre resultados exitosos a favor de la supervivencia humana y del planeta?

La Conferencia de la ONU sobre Desarrollo sustentable,13 que se hará presente en Río+20, del 20 al 22 de junio próximo, con toda la capacidad deliberativa y ejecutiva de la mayoría de los gobiernos del mundo, de las instituciones internacionales y nacionales, de las ONGs, y de los movimientos sociales14 que llevarán la bandera de “indignación”, tiene el reto histórico de responder favorablemente a la problemática ambiental, sin más evasivas irresponsables como las fallidas reuniones del Protocolo de Kioto y las preparatorias de Río+20 tenidas en Johannesburgo, Copenhague y Cancún. Es hora de poner a prueba las competencias de la ONU, sobre lo ya advertido en la Cumbre de la Tierra de Eco 92, en Río de Janeiro. También es hora de unir voluntades políticas en torno de la tan deseada “Gobernanza mundial para la sustentabilidad del planeta”.

Cambios que no dan espera

Las siguientes evidencias nos hablan del error en que andamos mundialmente y de la necesidad urgente de cambiar nuestras convicciones y comportamientos fatales, personales y colectivos, antes de que sea tarde, cuando ya pisemos la línea de no retorno.

Nuestra conducta es irreflexiva y vergonzosa porque poblamos con 7 billones de habitantes todo el planeta, sin control demográfico razonable. Somos productores y consumidores compulsivos. Causamos calentamiento global y cambio climático con terribles daños ecológicos irreversibles, especialmente a las gentes más pobres y frágiles, entre ellas a mujeres y niños del Tercer Mundo. Además, somos la única especie que hace basura no biodegradable, tóxica y radiactiva, con la cual contaminamos suelos, aguas, atmósfera… ¡y hasta nuestro mundo subjetivo y la malla de valores morales que da soporte a las culturas! Este cambio climático es fuente de nuevos conflictos socioeconómicos regionales y mundiales de muy difícil control y solución.15

La sustentabilidad de todas las especies16: microbianas, vegetales, animales y humana está en alto riesgo en el planeta, -¡y el planeta mismo!- por los macro impactos nocivos de nuestra actividad industrial emisora de CO2 de efecto invernadero, lluvia ácida, más los gases clorofluorcarbonados eliminadores de la capa de ozono que nos protege de los rayos solares cancerígenos UV.17

Competimos en la carrera loca e imparable del armamentismo atómico y biológico-químico de destrucción masiva. No somos conscientes de las violencias demenciales que hacemos los seres humanos a la casa terrenal y a nosotros mismos.

Vivimos a merced del modelo económico neoliberal consumista que domina en la sociedad tecnocientífica, con su falsa pretensión de que el planeta posee recursos inagotables, bióticos y abióticos, y que los podemos explotar sin reparos éticos, agregándoles valor económico para convertirlos en mercancías negociables, en “commodities”. En este sistema neoliberal, los más astutos se apropian de los beneficios y exportan los perjuicios para que otros carguen con sus costos.

La lógica del capitalismo es incapaz de rescatarnos de la crisis ambiental y de ecología humana que ha venido ocasionando él mismo desde finales de la Edad Media con el apogeo del comercio y el inicio de la primera revolución industrial. Carga con las culpas del agotamiento de los recursos naturales, la contaminación ambiental, el cambio climático y el calentamiento global. Simultáneamente, es el responsable de la ruinosa ecología humana que se manifiesta en la mercantilización de la vida, el individualismo, la concentración económica y del poder, el armamentismo, las injusticias sociales y la pérdida de sentido existencial por insistir en el goce presentista y desmedido de los bienes materiales como ilusión de prosperidad, de “calidad de vida”, y todo lo anterior como si la felicidad consistiese en poseer cosas hasta el despilfarro y no en ser mejores seres humanos para el “bien vivir”.

Pertenece a la lógica del capitalismo apropiarse del discurso de sus contradictores, presentarlo como suyo y creer que con estas falacias ya corrige sus errores. A esto le temen los líderes que proponen construir el modelo alternativo de la Economía Verde, para debatirlo en Río+20. Son víctimas también de dichas falacias los que todavía tienen fe en el capitalismo, quizás porque lo asocian y confunden con libertad y democracia, pero que culpan de sus fracasos a los capitalistas. Es decir, a aquellos que se lucran deshonestamente, corrompen a la clase política, rechazan la estricta intervención reguladora del Estado, manejan una ética de doble moral y nos perjudican a todos los ciudadanos de a pié. Son aquellos que siempre migran el capital buscando paraísos fiscales y dejan en la ruina las economías locales.

Las crisis económicas norteamericana y europea que padecemos actualmente, y en especial los países que no las hemos ocasionado directamente, provienen de una profunda falencia ética que tiene, además de todo lo que hemos mencionado anteriormente, tres componentes: 1- la ambición desmedida de lucro de una elite financiera deshonesta que no repara en medios ilícitos para alcanzar sus fines perversos de enriquecimiento ilícito; 2- el costoso endeudamiento privado y fiscal que transfiere a terceros y futuras generaciones el pago de las deudas; y 3- la loca carrera económica de los países por incrementar anualmente el PIB, a desmedro de los ecosistemas y sus habitantes. Con todo este lastre, ha sido imposible lograr el cumplimiento de los ocho “Objetivos del Milenio” propuestos hasta el año 2015 por las Naciones Unidas para el “Desarrollo humano”. Toda esta gravísima falta de ética económica mundial afecta simultáneamente el mundo de la vida sociocultural y la vida de la naturaleza de manera irreversible. Por tanto, es un problema bio-éthico radical.

Recordemos que el concepto de economía proviene semánticamente de ecología, de casa, oikos (en griego). Desafortunadamente, la economía está traicionando su ancestro ecológico al empeñarse en producir riqueza agregada sobreexplotando los recursos naturales, bajo la falsa creencia que estos son infinitos y que el crecimiento económico también debe serlo, como ya hemos dicho anteriormente. La economía es un subsistema de los ecosistemas. En sana lógica, hoy en día tendremos que pensar en “decrecimiento económico”,18 en “Economía Verde o Ecológica19 a favor de un éthos vital deseable y sustentable.

El programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), desde hace tres años, promueve varios proyectos que se enmarcan en la llamada iniciativa de Economía Verde. Con ella se esperan mejoras en el bienestar humano y equidad social, al mismo tiempo que se reducir los riesgos ambientales y la escasez ecológica. PNUMA sustenta que el manejo eficiente de los recursos naturales ofrece oportunidades económicas importantes. Agrega que una Economía Verde debe rebajar el uso de los combustibles fósiles y ser socialmente incluyente.20 Vistas las cosas así, muchos se preguntan ¿si la Economía Verde no pasa de ser otro maquillaje más del neoliberalismo capitalista para ganar mayor espacio colonizador con la globalización, como lo fue el concepto primero de Desarrollo sostenible o sustentable21 de Río 92 que de poco o nada ha servido?

En esta cultura económica globalizada de nuestros días, también el ser humano, muy a pesar de Kant, termina siendo medio y no fin en sí mismo, pues queda instrumentalizado como una mercancía más, sin dignidad, a merced de las leyes del mercado. Todo tiene precio en el mercado libre, también las personas, sus genes y sus órganos anatómicos. El hombre tecnocientífico, además de ser el Prometeo contemporáneo, es también la encarnación mitológica del Rey Midas que todo cuanto toca pretende convertirlo en oro, en riqueza, en valor económico agregado, en mercancía, en “commodities”. El Rey Midas terminó convirtiendo en oro a sus seres más queridos ¡Y esto fue su desgracia! Las tecnociencias son la varita mágica con la cual hacemos estos nefastos prodigios. Pero las tecnociencias son también nuestro mejor recurso de supervivencia. ¡Lejos de mí diabolizarlas! Las tengo en alta estima.

Nuestro estilo de vida contemporáneo, liderado por el desarrollo del conocimiento tecnocientífico, conforma un éthos vital indeseado, no sustentable, pues ponemos en alto riesgo la sustentabilidad de la vida, su calidad y su sentido. ¿Cómo superar esta crisis? ¿Cuáles son las características del éthos vital deseable que todos debemos empeñarnos en construir con suma urgencia para dotar de dignidad la vida humana en solidaridad con el planeta?

Requerimos construir con premura una nueva ética, cuyo imperativo sea la protección de todo tipo de vida y sus soportes abióticos, por encima de los intereses de uso, de intercambio comercial, medicinal y estético. Necesitamos, pues, de una nueva ética, la Bio-ética, que sobreponga el valor intrínseco de la comunidad biótica, a cualquier interés humano, para superar la crisis civilizacional actual. Convocamos el apoyo de todas las religiones del mundo, para que sus creyentes sean gestores de un éthos vital deseable.

Concluimos repitiendo hasta la saciedad que el modelo de desarrollo económico dominante que se nos impone en el proceso de globalización neo-liberal-capitalista, es indigno y no es sustentable. No es viable en el próximo futuro. No es bio-éthico. Porque no es responsable con la vitalidad de los ecosistemas. No es justo socialmente. No es incluyente de todas las gentes y de todas las naciones. No aporta sentido existencial, porque antepone irracionalmente el disfrute inmediatista de la parafernalia de bienes materiales a los valores espirituales que traen paz interior, gozo de la vida frugal, búsqueda imparable de justa convivencia, y hacer del planeta una casa para todos donde nadie se quede sin un puesto en la mesa para compartir equitativamente el banquete de la vida.

 

1 El profesor de Bioética Gilberto Cely Galindo es sacerdote jesuita. Su formación intelectual es transdisciplinaria, con maestrías y especializaciones en Colombia, Bélgica, Inglaterra, España y Brasil. Ha publicado individual y colectivamente una veintena de libros de Bioética, además de 36 artículos en revistas científicas y capítulos en libros colectivos. Creó el Instituto de Bioética de la Pontificia Universidad Javeriana y lo dirigió en dos ocasiones. Actualmente es Decano del Medio Universitario de la Facultad de Ciencias Económicas y Administrativas de la misma Universidad.

2 En los confines de la vida humana, es decir, en el inicio y final de la vida de cada individuo, las biotecnociencias han penetrado con fuerza en la medicina a proponer novedosas intervenciones de cuándo, cuántos y cómo deseamos los hijos, a la vez que autodeterminar el cómo y cuándo afrontar la muerte. Todo esto produce crisis de valores que afectan existencialmente a las personas, a la convivencia social y le mueven el piso a las convicciones religiosas de todos los credos.

 

3Por huella ecológica se entiende «el área de territorio ecológicamente productivo (cultivos, pastos, bosques o ecosistemas acuáticos) necesaria para producir los recursos utilizados y para asimilar los residuos producidos por una población dada con un modo de vida específico de forma indefinida». http://www.footprintnetwork.org (inglés) o Mathis Wackernagel y William Rees, Nuestra Huella Ecológica, LOM, Santiago de Chile, 2001, http://www.ulibros.cl/estudio/huella_ecologica.htm (Consultado 21-8-2010) []

5 “Desde la Cumbre de la Tierra en Río de Janeiro en 1992 y la adopción de la Agenda 21, donde la triada ecología, economía, y justicia social fue unificada de manera global en el concepto “desarrollo sostenible”, quedó claro que las consideraciones sobre medio ambiente no debían ser discutidas al margen de los factores económicos y sociales. Esta conclusión condujo al establecimiento del programa de Educación para un Desarrollo Sostenible o ESD”. Simone Birkel (2012), ¿Puede la educación religiosa contribuir al desarrollo sostenible? http://www.miradaglobal.com/index.php?option=com_content&task=view&id=2009&Itemid=9&lang=es

(Consultado 23-01-2012).

6 Cfr. Serge Latouche (2012), Per un’abbondanza frugale. Malintesi e controversie sulla decrescita, Bollati Boringhieri. In vendita online su Libreria Rizzoli. http://www.ecodebate.com.br/2012/01/20/pensar-diferentemente-por-uma-ecologia-da-civilizacao-planetaria-entrevista-com-serge-latouche/ (Consultado 20-1-2012).

7 Un ejemplo de estos pensadores es Paul Gilding (2011), The Great Disruption: Why the Climate Crisis Will Bring on the End of Shopping and the Birth of a New World, Bloomsbury USA.

9 Si aspiramos todos a seguir creciendo en el PIB, con la misma tendencia productiva y consumista contemporánea, para el año 2030 estaremos pisando la línea de no retorno de sustentabilidad del planeta. Así lo demuestran los datos de los documentos preparatorios de Río+20 de la ONU. Citemos algunos ejemplos. La población mundial pasará de 7 a 9 billones de habitantes en el 2030. De ellos, 3 mil millones vivirán en la pobreza. La clase media aumentará a 3 mil millones. Los alimentos tendrán que aumentar en un 50%, el agua en un 30% y la energía en un 45%, con respecto al consumo de los que actualmente tienen acceso a estos recursos. Para el 2030, todas las cifras anteriores contarán con el impacto desolador del cambio climático, con los suelos deteriorados por el intensivo uso agrícola, escasez de agua que dará lugar a guerras para obtenerla, las ciudades estarán superpobladas y serán altamente contaminadoras del ambiente con sus industrias y transportes, crecerán el desempleo y los conflictos sociales con todo tipo de violencias.

10 El Prepósito General de la Compañía de Jesús y Gran Canciller de la Pontificia Universidad Javeriana (PUJ), Adolfo Nicolás, S.J., imparte una directriz para todas las obras apostólicas de la Compañía de Jesús en el mundo, el 16 de septiembre de 2011, sobre estos temas éticos y ambientales. El documento tiene por título

Sanar un mundo herido. El P. Nicolás reitera que todas las Escuelas de Negocios de las Universidades dirigidas por los jesuitas deben aplicar esta directriz en todos sus quehaceres docentes, investigativos y de prestación de servicios. Ya el documento de Misión de la PUJ, desde abril de 1992, se propone esta misma temática que no ha sido suficientemente implementada.

11 Stéphane Hessel, filósofo francés, en 2010 publica un pequeño libro que ha dado la vuelta al mundo y que tituló ¡Indignaos! (Indignez-vous!). Invita a la población civil a indignarse y salir a las calles a reclamar el ejercicio de sus derechos democráticos y la justa distribución de la riqueza. Hessel, judío que padeció la persecución nazi en un campo de concentración, fue coautor del documento de los Derechos humanos pactados en la ONU en 1948 y gran defensor de un humanismo para la contemporaneidad. Hessel inspira el actual movimiento civil de los “indignados”.

En el mundo actual, hay una creciente proliferación global de movimientos de población civil que visualizan la opinión pública insatisfecha e indignada con el sistema neoliberal que prometió mucha prosperidad y no ha cumplido con la mayoría de las gentes. Estos movimientos espontáneos, surgidos principalmente de afinidades emocionales en torno a problemas que tienen que ver con la dignidad humana, se empoderan políticamente de los asuntos públicos, en busca de cambios radicales que no siempre son pacíficos. Dichos movimientos pueden nacer de situaciones episódicas aisladas y coyunturales y dar lugar a partidos políticos de poco futuro por su frágil estructura organizacional, agrupamiento de intereses disímiles y conflictos de liderazgo. Algunos pocos vinieron para quedarse. Todos van contra la resignación, la pasividad y la apatía política. Son ellos una nueva esperanza de cambio que logra poner en jaque a gobernantes, regímenes políticos y hasta instituciones de gran trascendencia como son las universidades privadas y públicas de gran prestigio. Cuentan con las superpoderosas “redes sociales” como Twitter, Facebook, Linkedin, Skype, Myspace, Google buzz, Flickr, His, Messenger, etc., para comunicarse sin censura alguna y convocar a mítines locales con eco internacional que atrapan solidaridades de propios y extraños.

 

12 Se recomienda especialmente la Carta Encíclica Caritas in Veritate, del sumo pontífice Benedicto XVI, del 29 de junio 2009. Este documento pontificio hace memoria de los contenidos principales de las encíclicas anteriores y ubica la reflexión social en la problemática económica y cultural contemporánea, a favor de un desarrollo humano integral. Dedica los numerales 48-51 a los aspectos ecológicos.

13 En enero 10 del 2012, se divulgó un documento de 19 páginas, que resume 672 propuestas de los países que participarán en la Conferencia de las Naciones Unidas en Río+20. El resumen contiene diez grandes núcleos temáticos: economía verde e inclusión social, producción ecoeficiente, agricultura sustentable, seguridad alimentaria, consumo responsable, acceso al agua, ciudades sustentables, energía limpia para todos, prevención de desastres naturales y protección de los océanos. Cada uno de estos temas conlleva una gigantesca complejidad teórica que hay que construir, a la vez que se cuenta con un déficit enorme de mecanismos políticos y prácticos que impiden realizaciones concretas en un futro próximo. En otras palabras, tendríamos que inventar un nuevo planeta Tierra y una especie humana diferente a la actual. ¡Pero no perdamos las esperanzas!

14 El “Foro Social Temático”, tenido en Porto Alegre, Brasil, en los últimos días de enero 2012, sobre el tema “Crisis capitalista, justicia social y ambiental”, estableció las bases para la movilización social que acompañará la Cumbre de la ONU Río+20. Dicha movilización tendrá el nombre de “Cumbre de los pueblos” y reunirá masivamente a todos los movimientos sociales del mundo que deseen asistir, con el propósito de oponerse al capitalismo en su propósito de adueñarse de la Economía Verde, de convertir en commodities y privatizar todos los ámbitos de la vida y de la naturaleza, como lo ha venido haciendo con las tecnociencias que están al servicio de los intereses del neoliberalismo capitalista: transgénicos, agroquímicos, geoingenierías, agrocombustibles, ingeniería genética, nanotecnologías, etc. El foro de Porto Alegre fue una demostración en pequeño de la concentración de movimientos sociales de diferentes ideologías e intereses, todos “indignados”, que medirán sus fuerzas contra quienes se quieran apoderar de Río+20.

15Indudablemente, hoy tenemos más evidencia de que el cambio climático es una “amenaza multiplicadora”. Existen grandes retos medioambientales, como la pérdida de biodiversidad, las interferencias en los ciclos globales del nitrógeno y del fósforo, la destrucción de la capa de ozono, la acidificación oceánica, el consumo global de agua dulce, los cambios en el uso de la tierra, la contaminación química y la concentración atmosférica de aerosoles.

Todos esos fenómenos, que ponen en riesgo gravemente las condiciones de vida sobre el planeta, nos recuerdan que las relaciones de los humanos con el medio ambiente no han sido siempre ni pacíficas ni fáciles. Los conflictos socio ambientales ya no sólo afectan a los pobladores de las regiones en las que estos conflictos se producen, ni están limitados a efectos temporales relativamente cortos, como ocurría en las sociedades preindustriales. Por el contrario, en el momento actual, las tensiones entre sociedades y medio ambiente incluyen por primera vez cambios planetarios y persistentes en el tiempo.

Pero además de la conflictividad que pone en riesgo la seguridad (los refugiados, los conflictos armados, la escasez de alimentos o las represalias económicas), el cambio climático pone delante de nosotros un tipo de conflicto que podíamos llamar cultural.

El contexto actual es un reto cultural y político de ideas que están firmemente arraigadas en nuestras sociedades y que configuran nuestro modo de pensar y de comprender la realidad. Entre esas ideas que se cuestionan con fuerza, estaría la extensión de un modelo de desarrollo basado en la industrialización y el consumo masivo; la confianza total en la ciencia y la tecnología poniendo a las sociedades en situaciones de enorme riesgo y dependencia, tanto individual como colectivamente; y, por último, una visón tan radicalmente antropocéntrica que olvida que la vida es una realidad sistémica muy compleja. El conflicto no es una discusión académica o meramente teórica, sino que afecta o afectará a los modos de vida de millones de personas, pero también pondrá en cuestión las opciones geoestratégicas de muchos estados y los intereses de los poderes económicos y financieros”.

Mirada Global.com Revista on line desde Latinoamérica. Ecojesuit. (Consultado: 21 de diciembre de 2011). http://www.miradaglobal.com/index.php?option=com_content&task=view&id=1970&Itemid=9&lang=es

16 “En la Tierra hay 8.7 millones de especies. La última estimación indica que más del 86% están aún por descubrir.La distribución de especies entre los diferentes reinos de la vida eucariota en la Tierra es notablemente precisa: aproximadamente 7,77 millones de animales (sólo 953.434 descritas y catalogadas); 298.000 especies de plantas (214.644 catalogadas); 611.000 de hongos (43.271 catalogadas); 36.400 de protozoos (organismos unicelulares), de las que están catalogadas 8.118; 27.500 de chromistas (como las diatomeas) con 13.033 catalogadas. En total, 8,74 millones de especies en la Tierra, más casi 11.000 archaea y bacterias. (…). “La descripción de todas las especies que quedan pendientes, exigiría, con los enfoques tradicionales y basándonos en costes y equipos actuales, unos 1.200 años de trabajo de más de 300.000 taxonomistas y un coste de 364.000 millones de dólares, señalan los investigadores. Afortunadamente, nuevas técnicas como el código de barras de ADN están reduciendo radicalmente el coste y tiempo necesario para la identificación de nuevas especies”. A. R. – El País. Edición impresa, Madrid – 24/08/2011.

17 El Relatorio del Centro Británico de Estudios Climáticos Met Office, afirma que cada vez hay más pruebas de que el calentamiento global es provocado por las actividades humanas. La conclusión es fruto del análisis de 110 nuevos estudios sobre el clima y fue divulgada el6/3/2010 por el científico Peter Stott, en la publicación especializada Wiley Interdisciplinary Reviews Climate Change Journal. Esto confirma el último Relatorio del Panel Intergubernamental sobre Cambios Climáticos (IPCC).

18“Guru da economia ecológica defende decrescimento. As crises financeiras decorrem do crescimento forçado além dos limites físicos e econômicos. “A economia é um subsistema do ecossistema, e o ecossistema é finito, não cresce e é materialmente fechado”, afirmou o economista estadunidense Herman Daily, 93 anos, professor emérito da Escola de Política Pública de College Park, EUA.

A informação é da Agência Latino-Americana e Caribenha de Comunicação (ALC), 23-08-2011.
Em entrevista ao Instituto Humanitas Unisinos – IHU, Daily defendeu a prosperidade sem crescimento econômico de modo contínuo. Ele cunhou o conceito de “crescimento deseconômico”, que o guru da economia ecológica definiu como crescimento que “começou a custar mais do que vale – um crescimento, seja em volume de produção ou PIB, para o qual os custos adicionais, incluindo os custos ambientais e sociais, são maiores que os benefícios adicionais em termos de produção”.

Os países ricos precisam dar os primeiros passos rumo a um estado estacionário. “Precisamos decrescer até chegar a uma escala sustentável que, então, procuramos manter num estado estacionário. O decrescimento, assim como o crescimento, não pode ser um processo permanente”, afirmou.

O estado estacionário dos países ricos deve dar espaço ecológico para que os países pobres possam crescer até atingir um nível de prosperidade para uma boa vida, para que as pessoas vivam num planeta “durante muito tempo, em vez de todos se darem mal juntos”, alertou”.

http://www.ihu.unisinos.br/index.php?option=com_noticias&Itemid=18&task=detalhe&id=46669 (Consultado 24-8-2011)

19 A transição para a Economia Verde e a Rio+20, artigo de José Eustáquio Diniz Alves. Publicado em agosto 24 de 2011 por HChttps://mail.google.com/mail/?shva=1#inbox/131fba5c71527c54 (Consultado 24-8-2011)

21 La Comisión Bruntland lo concibe así: “Es el desarrollo que busca satisfacer las necesidades de las presentes generaciones, sin comprometer la capacidad de las generaciones futuras de satisfacer sus propias necesidades”. En la práctica, veinte años después, se evidencia que los países desarrollados del Norte han seguido beneficiándose de los recursos naturales, sin limitar sus apetitos desarrollistas y consumistas, con perjuicio de los países pobres del Sur, y sin pensar en las futuras generaciones.

EcoDebate, 13/02/2012

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